Namasté es una palabra en sánscrito compuesta por «Namas», que significa «reverencia, inclinarse», y «te», que significa «ti». Por lo tanto, namasté significa literalmente «te reverencio» o «me inclino ante ti».
El término «namasté» es ampliamente utilizado por los hindúes como saludo o despedida, comparable al «hola» o «adiós» en las conversaciones. Este gesto implica juntar las palmas de las manos en posición de rezo y colocarlas en el centro del pecho. Su uso es extendido en el sur de Asia, principalmente en naciones como la India y Nepal.
En esta cultura, «namasté» representa un saludo que connota cortesía y respeto, tanto al iniciar como al finalizar un encuentro.
En el contexto del yoga, el término «namasté» se utiliza para dar la bienvenida y/o cerrar una clase. Se realiza juntando las manos delante del corazón o en la frente, mientras se inclina ligeramente la cabeza con la intención de expresar gratitud y respeto hacia uno mismo, los demás, el profesor y la práctica.
Pero «namasté» trasciende la mera formalidad de un saludo; encierra una filosofía de vida con un significado espiritual profundo.